Han pasado ya cuatro meses desde que escribimos el último post sobre socialización entre conejos, concretamente entre nuestros peludines Mico y Lala. Lo último que os contamos fue que se toleraban, que Lala actuaba más sumisa frente a Mico y que poco a poco parecía que se iban juntando.
Pues bien, amigonejos, ¡los besos llegaron! Lala tardó muy poco en dárselos a Mico, aunque eran besos que parecían decir «yo te los doy, ahora tú» ya que nada más besarle ella le metía la cabeza bajo su morrito. Bueno, eso realmente no ha cambiado, Lala se ha convertido en la mimosita de la casa: nos da golpecitos con su morrito para buscar mimos, sigue metiéndole la cabeza a Mico bajo el morrito para ver si cae algo, nos da besos a todos con mucha intensidad. Ahora bien, podemos decir con total certeza que Mico ha besado a Lala. Durante un tiempo dudábamos si eso que hacía era besarla u olerla. Pero durante estos días atrás hemos podido comprobar que sí, que aquí ya hay amor. Eso sí, al estilo de Mico: cuando él quiere, nada de agobios.
Lala, como es más jovencita -está a punto de cumplir el año y es menor que Mico un año- es más inquieta y además es más gamberra, pero eso sí, allá donde va su Mico, allá va ella. Es muy divertido ver cómo le sigue prácticamente el 90% del tiempo y él ya…ya se deja querer del todo. Los gruñidos hacia ella ya se han reducido mucho y los «bocaditos» también (aunque alguno que otro aún cae). Así que en general podemos decir que ya hay socialización completa.
Algunos amigonejos nos cuentan que sus peludines se llevan bien y no se pelean mucho, pero que besos…pocos. No os preocupéis, ellos son como son, cada uno con su minipersonalidad y, seguro que de una manera u otra expresan lo bien que están, los felices que son con sus maminejas y papinejos. Seguro que algún día os sorprenderán con esa lengüecita adorable.