Sobre «No soy un juguete»
Digamos que No soy un Juguete era el paso lógico que tenía que dar dadas las circunstancias: desde que recuerdo, siempre he recogido animalitos de la calle con idea de recuperarlos, curarlos y buscar un nuevo hogar, o devolverlos a su entorno una vez recuperados.
Con el tiempo empecé a tener contacto con protectoras, asociaciones y personas implicadas, como yo, en la ayuda a animales. Me hice casa de acogida de ANAC, me hice voluntaria de Galgos en Familia, seguía recogiendo animalitos a nivel particular… Cada vez me llegaban más casos, porque la red de contactos se ampliaba, y la necesidad de convertir esta ayuda en algo más «formal» iba en aumento. Necesitaba ayudas, necesitaba dar a conocer los casos para poder darles salida, necesitaba darles voz…
Y después de muchos meses dando vueltas al tema, y animada por personas de mi entorno, incluso del veterinario que veía a estos animalitos recogidos, decidí dar el paso.
Como para hacer una asociación hacen falta 3 personas, otras dos chicas firmaron, arreglamos los papeles, y No soy un Juguete se convirtió en una asociación legal.
Yo sola. Me encargo de acoger, visitas al veterinario, medicaciones, postoperatorios, difusiones, tienda solidaria, correos, cuestionarios, contratos, envíos…
Nos dedicamos a pequeños mamíferos: conejos, cobayas, hamsters, ratas, ratones, chinchillas, jerbos, erizos, hurones.
No recibimos ninguna subvención. Todos los gastos se pagan de mi bolsillo, y con donaciones puntuales que recibimos, bien económicas, bien de alimento para los acogidos. También contamos con un grupo Teaming. [Os dejamos el enlace del Teaming donde contribuyes con 1€ al mes: fácil y asequible https://www.teaming.net/asociacionnosoyunjuguete ]
En número no sabría decirte, porque he perdido la cuenta. Pero teniendo en cuenta los escasos medios, vamos muy poquito a poco. Ojalá pudiésemos abarcar más y no tener que decir NO a avisos que nos llegan por falta de medios.
Por suerte, sólo se ha dado un caso. Fue una cobaya que dí en adopción y que, un año después, me enteré de casualidad, que sus adoptantes habían querido dejar en una tienda de animales… Por suerte, no se la quisieron coger en la tienda, y me dio tiempo a actuar.
En estos casos, tomamos medidas legales, por incumplimiento de contrato.
La parte más gratificante es ver cómo un animal que llegó en un estado lamentable, se va adoptado con una buena familia, totalmente recuperado. Ves las fotos del antes y el después, y siempre se escapa una lágrima de alegría.
Lo menos… cuando fallece un acogido… Sientes que es injusto que justo cuando empezaba una buena vida, su cuerpo no resista y se vaya al cielo…
El proceso de adopción
El proceso lo marca el propio animal. Es decir, casi siempre depende del estado de salud en el que llegue. Si llega sano, una vez pasado el período de cuarentena se pone como Disponible y esperamos a que lleguen las solicitudes para su adopción. Si el animal llega enfermo, la prioridad es que se recupere totalmente, y hasta que esto ocurre, no aceptamos solicitudes para su adopción.
Cabe decir que siempre entregamos a los animales recuperados de cualquier enfermedad que tuviesen, desparasitados, y vacunados si procede.
Es cierto que se suele ver mucho movimiento. Pero, por desgracia, en mi opinión, la gran mayoría de las veces todo queda en palabras que se lleva el viento.
Te pongo como ejemplo el caso de Tao y Casper, los dos hermanitos: a Tao le falta un pie, y a Casper le faltan las orejas. Necesitan una atención un poco más especial que cualquier conejo sano, aunque nada del otro mundo. Estoy harta de escuchar y leer: yo los adoptaría si pudiera, tienen el mismo derecho, estoy enamorad@ de ellos… pero a la hora de la verdad, los hermanitos llevan casi año y medio esperando a ser adoptados, mientras que otros que llegaron mucho después, se han ido adoptando con relativa facilidad…
La mayoría de la gente confunde adoptar con «recibir un regalo», y son cosas muy distintas.
Cada animal que nos llega nos supone un importante desembolso de dinero entre revisiones veterinarias, tratamientos, cirugías, medicaciones, alimento… Todos esos gastos se pagan con dinero de mi bolsillo. Dinero que me quito de salir, viajar, caprichos, e incluso de comer. Si no recuperamos, por lo menos, una parte del dinero invertido en cada animal, llega un momento en el que tenemos que dejar de salvar animales por falta de medios económicos.
Y ahora pongo otro ejemplo, el caso de Excalibur: fuimos a recogerlo a Cádiz (gasolina pagada de nuestro bolsillo), llegó en unas condiciones pésimas de salud, por lo que necesitó revisión veterinaria, medicación y papillas. Tuvo que entrar en quirófano hasta 5 veces para limados y extracciones dentales, con medicación y papillas especiales crónicas. Se puso malito y ha estado varios días ingresado en UCI, sin escatimar en gastos para intentar su recuperación, y al final ha fallecido sin ser adoptado… Si hago un cálculo de lo que he gastado en ese animalito, perfectamente pueden ser 1200€, si es que no es más. Dinero que ha salido de un solo bolsillo y del que no se ha recuperado nada, porque no ha habido cuota de adopción…
¿Consejos antes de adoptar? Que antes de adoptar se informen bien de todas las necesidades y cuidados que requiere el animal, y que analicen objetivamente y piensen bien si realmente pueden darle todo aquello que necesita.
¿Cómo podemos ayudar?
Ayudaría un cambio en la legislación, tanto en lo relativo al comercio con seres vivos, como en lo relativo a la tenencia de animales. Y una mayor educación y concienciación, no sólo para niños, sino para la población en general.
Como expliqué anteriormente, una persona sola puede hacer cosas, pero sólo hasta cierto límite, y está claro que esto debe ser un trabajo de todos, y no de unos pocos.
Sin ayudas, asociaciones como ésta, pueden acabar desapareciendo, porque no hay suficientes medios, ni tiempo, ni energía para abarcar tantísimos casos como aparecen a diario.
El tema de las casas de acogida externas es un poco delicado. No he tenido buenas experiencias con eso, y al final he optado por no trabajar de esa forma…
Queremos darle las gracias a Alba no sólo por dedicarnos parte de su escaso tiempo libre a contestar estas preguntas. También por su labor diaria, por hacer lo que muchos no hacemos y deberíamos, por ayudar a los que no tienen voz para pedirlo. Podéis seguir a No soy un juguete en su Facebook pinchando aquí, donde comprobaréis el inmenso amor y la dedicación a todos los animalitos que pasan por sus manos. También podéis escribir a asoc.nosoyunjuguete@gmail.com por si tenéis cualquier duda o queréis ayudar. Además tenéis que estar atent@s porque en breve abrirán una tienda solidaria a través de Facebook donde podremos comprar monadas y de paso ayudar y aportar nuestro granito de arena.
