¡Hola amigoneja/o! Hoy te quiero hablar de una raza de conejos muy especial. Si los conejos pequeñitos nos parecen adorables, ¡los grandotes ya nos parecen lo más! Sí, hoy te voy a hablar de los conejos gigantes.
Seguramente alguna vez habrás visto alguna foto por internet. Normalmente en alguna noticia acompañado de un titular tipo «¿Es un conejo o es un gato enorme?». Pues sí, amigos, son los conejos gigantes. Son enormes y todo lo que tienen de grandes lo tienen de achuchables.
¿De dónde vienen los conejos gigantes?
La raza más común dentro de los gigantes es el gigante de Flandes. El conejo gigante de Flandes (Flemish giant rabbit) se originó en el siglo XVI o XVII en la zona de Bélgica. En aquella época se criaban para comida los conejos, aunque los «normales» solían pesar unos 3kilos. Cuando descubrieron esta nueva raza, en seguida quisieron importarla ya que doblaba en peso a los que criaban. A nosotras obviamente nos aterra pensar en comernos a nuestros conejitos o a cualquier otro. Pero esta es la realidad de hace cinco siglos (aunque aún hoy en día tengamos que aguantar anuncios de recetas de conejos).
¿Cómo son los conejos gigantes?
Los conejos gigantes suelen pesar entre 6 y 9 kilos de amor mínimo (hasta los 18kgs). Miden unos 80 centímetros llenos de pelo ideal para acariciar. Sus orejas pueden medir 20 centímetros (¡madre mía!).
Son conocidos por ser más tranquilos y reposados que los conejos pequeños, suelen ser buenos con los niños y con otros animales. Quizá es una raza más compatible con los niños porque éstos no les harán daño, es difícil que les agarren y les hieran porque son más grandes y más pesados.
Hay varios tipos: Flandes, Angora gigante, gigante moteado, chinchilla gigante y lop francés (belier).
Al ser más grandes, perderán más pelo durante la muda, necesitarán más comida y un espacio más amplio. Pero imagínate cómo pueden ser sus besitos. Visualiza esa lengüita en tu mano o tu nariz, ¿no sería precioso? Por cierto, ¿cómo serán sus cacas?
Y ahora, acaba de enamorarte…
Te confieso que no me gusta mucho hablar sobre razas porque está asociado un sentimiento un poco turbio. Maminejas o papinejos que leéis: lo importante no es la raza, es el amor que te pueden dar y sobre todo el que tú estás dispuesta/o a dar. Está genial saber que existen estas razas tan bonitas y especiales, pero no compres, adopta.
Nos encantaría conocer maminejas y papinejos que viven con sus pequeños grandes peludines. ¡Escríbenos si es así! Y como siempre, coméntanos qué te parece en Facebook, Twitter o Instagram. ¡Hasta la semana que viene!